Imagínate una escena en un elegante taller de perfumes. En el centro de la imagen, hay un perfumista, una persona de mediana edad, con una bata blanca y gafas, que está concentrado en su trabajo. Frente a él hay una mesa de madera clara, cubierta con pequeños frascos de cristal de diferentes formas y tamaños. Algunos frascos están etiquetados con nombres de esencias como "jazmín" o "sándalo". El perfumista sostiene una pipeta, llenándola con un líquido de color dorado que parece ser un aceite esencial. A su alrededor, hay un cuaderno abierto en la mesa donde ha tomado notas a mano sobre las combinaciones de fragancias. En el fondo, se puede ver una estantería con libros sobre perfumería, y algunas plantas aromáticas en pequeñas macetas, como lavanda y romero, que aportan un toque natural al ambiente. La luz que entra por una ventana al lado ilumina suavemente la escena, creando un ambiente acogedor y profesional. Esta imagen refleja la dedicación y el arte del trabajo de un perfumista.

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